Donald Trump no va de farol
Bienvenidos a la Pequeña España.
Vaya resaca que sufre la izquierda global y vaya golazo que Donald Trump le ha metido al mundo. Cabe destacar el ridículo de los líderes europeos que acudieron a Sharm El-Sheikh cual flotilla de la paz con traje y corbata para recoger las migajas que el presidente estadounidense deja a su paso.
Europa no ha hecho nada, en todo caso, entorpecer el acuerdo reconociendo un inexistente estado palestino. El que ha trabajado ha sido Trump, y ha puesto en fila india a todos, empezando por Netanyahu, pasando por Arabia Saudí, Egipto, Jordania, Catar y Turquía, y terminando por Hamás. Todos se han puesto firmes y cada uno tiene sus razones y sus miedos.
Netanyahu teme que todo vuelva a la normalidad y que la justicia israelí le alcance. Está acusado de tráfico de influencias y malversación, si no recuerdo mal, y puede terminar entre rejas porque en Israel hay justicia independiente.
Egipto, Jordania y, especialmente, Arabia Saudí, ven con muy buenos ojos que Irán esté debilitado y que no pueda hacer gran cosa so pena de ser bombardeado por Israel y Estados Unidos. Menos Irán significa menos grupos terroristas, menos dinero, menos bombas.
Catar también financia a Hezbollah y a Hamás y en Catar viven muchos de los jefes de estos grupos terroristas. Trump no negocia, Trump amenaza y, si no hay reacción positiva, ataca en todos los frentes necesarios. Y, en última instancia, Israel ejecuta a terroristas en cualquier país del mundo, incluido Catar.
Turquía es potencia regional y ha decidido apostar a caballo ganador y llevarse bien con Washington y con Tel Aviv. Son listos los turcos, van de líderes del islam, pero no se meten con los más fuertes.
Y, por último, Hamás. Ya dije en su día que nadie en la zona quiere poner fin al conflicto porque supondría la pérdida de poder de los dirigentes y porque nadie, ningún país árabe, quiere a los palestinos. Esto hay que explicárselo a la mitad de los europeos, porque no se enteran de nada. En Hamás hay irreductibles que no desean entregar las armas, que siguen apostando por el enfrentamiento, el sometimiento de la población, la corrupción de la ayuda internacional y el asesinato de judíos. Como la ETA en el País Vasco con Txeroki, Txapote y otros héroes de la txapela.
Israel lo sabe y está esperando el momento en el que Hamás cometerá un error para seguir limpiando la zona.
Esto no ha acabado, ni muchos menos, y tarde o temprano degenerará otra vez.
Ahora bien, Trump ha ganado su partido porque ha demostrado que puede hacer cosas que los demás no alcanzan. Para él Gaza y la guerra en Ucrania son chinas en el zapato porque quiere concentrarse en la china más grande, la más molesta, Pekín. Pero hay que arreglar esos problemas para seguir generando riqueza porque él es un hombre de negocios y su empresa se llama Estados Unidos.
Aquí tenemos una visión de Trump que no se corresponde con la realidad porque detrás de su aspecto físico y su arrogancia se esconde un hombre con un proyecto claro que consiste en mantener la supremacía de Estados Unidos, y para ello usa todas las herramientas de las que dispone, que son muchas, el dólar, la diplomacia, el ejército, las agencias de seguridad, las multinacionales americanas y, por supuesto, la voluntad de usarlas todas. Y los que han discrepado, han perdido, véase Elon Musk.
El siguiente en la lista es Maduro, ya veremos qué pasa con Petro y con la mejicana pijo comunista. De momento, el viento sopla a favor de Trump y de Israel. Europa está a la deriva, Putin empieza a agonizar y China se lo está pensando porque ellos sí han entendido que Donald Trump es un jugador de póker que nunca va de farol.
Hasta pronto