El robo del siglo
Bienvenidos a la Pequeña España
Domingo, París, nueve y media de la mañana. Tres o cuatro personas, no se sabe aún a ciencia cierta, disfrazados de obreros de la construcción, aparcan en un lateral del museo un camión de tipo grúa y despliegan una escalera como un camión de bomberos. Suben a la terraza de la sala Apolo y con una sierra eléctrica entran. Tardan siete minutos. Siete minutos es mucho. Pasado ese tiempo se marchan por donde han venido. Según el ministro de Interior, se han llevado joyas de valor inestimable, diamantes, collares, la corona de Luis XV. Valen millones en el mercado negro.
Por el momento sabemos que había guardias en la sala, como hay guardias en todas las salas del museo al igual que en el museo del Prado. ¿Fueron amenazados? ¿Huyeron? ¿Están compinchados? El tiempo lo dirá. Sabemos que el museo fue evacuado cuando sonaron las alarmas. El problema es que esas alarmas sonaron a los siete minutos, cuando los ladrones ya se habían ido. Sabemos que el pasado 14 de junio el personal del museo hizo huelga debido a la escasez de recursos en materia de seguridad.
La policía no dice gran cosa porque la investigación acaba de empezar pero, según los expertos en seguridad en el mundo del arte, todos los museos estatales de Francia carecen de medidas adecuadas. Ahora mismo cualquier joyería de Francia está mejor protegida que un museo estatal.
De momento los ladrones están en libertad y nadie conoce sus identidades.
Así que si habéis donado o prestado una obra de arte de valor incalculable o sentimental a un museo estatal, especialmente en Francia, os sugiero que la recuperéis no vaya a ser...
Hasta pronto